La primera abogada en Argentina, una maravillosa historia de vida

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La primera abogada en Argentina, una maravillosa historia de vida

La primera abogada en Argentina, una maravillosa historia de vida

En la ciudad de la plata, nació la que fue la primera mujer en tener el título de abogada en Argentina. El 16 de mayo de 1887, nacía María Angélica Barreda. Hija de doña Rita Fernández de Barreda y el profesor de esgrima y gimnasia don Alberto Barreda. Junto a su familia, se crio en la ciudad de la Plata y allí curso sus estudios desde los niveles inferiores hasta ser una alumna de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.

Para la época una mujer estudiando leyes era un total desafío. Reseñan historiadores que Angélica Barrera, era maltratada por algunos de sus maestros y compañeros de estudio. Sin embargo, esto no resultó impedimento para que ella siguiera adelante, hasta culminar la carrera y titularse el 21 de noviembre de 1909.

La corte se opuso a su matricula

Luego de haber recibido el diploma el 28 de diciembre de 1909, y que se juramentara al igual que sus compañeros de curso en el salón presidencial de la UNLP. Barreda inició en la capital su matriculación como abogada en Argentina. Allí no tuvo mayor problema, el inconveniente surgió cuando desde su natal ciudad de la Plata se opusieron a que realizará la matricula provincial.

Se dio un comunicado desde la Corte Suprema Provincial, donde el procurador general explicaba las razones para que no hubiese una matriculación de una mujer. Las razones se basaban en los estatutos de la época que según estaban claros. Las funciones de las mujeres debían estar ligadas al quehacer hogareño y al entorno privado, y poco o nada tenían de representatividad en la abogacía. Se cuestionó además el otorgamiento del diploma firmado por Joaquín V. González y Rodolfo Rivarola. Poniendo en duda su validez y legalidad.

Angélica Barreda y su defensa para ser la primera abogada en Argentina

Debido a la repetida negativa de darle una audiencia. El 17 de junio de 1910, Barreda alegó su defensa a través de unos manuscritos que contenían un alegato apegado a la legalidad sobre el proceso que estaba llevándose a cabo en su contra.

Cuestionó el actuar de la corte provincial, la cual pasaba sobre las leyes del congreso que le daban validez a su diploma expedido de una universidad nacional. Recordó penosos hechos donde la corte había tomado facultades que no le correspondían y los invitó a aceptar de manera legal y correcta la matrícula de su diploma que le confirió el hecho de ser una abogada en Argentina del siglo XX.

Un desenlace a favor de las mujeres

Luego de la presentación de los 18 folios manuscritos en su defensa. Barreda logró que la Corte Suprema de la provincia hiciera una votación. Con la mayoría a su favor, logro que su matrícula como abogada en Argentina siguiera el curso normal. Cabe resaltar que al voto mayoritario, lo acompaño al menos 25 consideraciones. Incluidas el respeto por la no distinción de sexo, la facultad libre de las universidades para conferir títulos universitarios si se cumplen todos los requisitos y que las mujeres podían actuar en consideración con la evolución de los tiempos.

Aunque en la votación hubo una disidencia por parte de un magistrado de la época. El logró mayor fue para Angélica Barreda. Quien se matriculó como abogada en Argentina, y marcó una pauta para muchas otras mujeres pudieran iniciarse en los estudios de las ciencias jurídicas, de la abogacía. El 25 de julio de 1910 el caso fue archivado, pero la historia presento un despertar en la sociedad Argentina.